La historia de la Hipnosis, es la historia por su reconocimiento científico. Negada, apartada y abandonada en manos de charlatanes de feria durante muchos años, incluso hasta la actualidad. Ha sobrevivido a quiénes en otros tiempos trataron de ridiculizarla arrancándole todo su valor.
Los fenómenos que constituyen este estado en particular que hoy en día conocemos como hipnosis, son tan antiguos como la humanidad. Probablemente lo que desde tiempos remotos nos ha llegado con el nombre de “milagros” corresponden a fenómenos incomprensibles para la gente de la época. Habitualmente se asociaban a intervenciones divinas o al poder personal de algunos de sus enviados en la tierra. Este conocimiento raramente escapaba del control de las castas sacerdotales de Caldea, Persia, China, India, Grecia y Egipto, que lo utilizaban bajo la forma de rituales religiosos para tratar de escudriñar el futuro, sanar y, a la vez, acrecentar la fe del pueblo en sus dioses.
Las primeras indicaciones que han llegado a nuestros días nos las ofrece un papiro egipcio, conocido como papiro de Harris. Escrito en caracteres hieráticos unos 5.000 años antes de Cristo. En este manuscrito, traducido por Chabas en el año 1860, se encuentran descritos los procedimientos básicos para provocar estados hipnóticos. Algunos de ellos de rigurosa actualidad en nuestros días.También en Egipto, concretamente en las ruinas de Tebas, Ebers descubrió un papiro al que dio su nombre y que databa aproximadamente de unos 3.000 años antes de Cristo. En él se daban consejos como el siguiente: “Pon tu mano sobre el dolor y dile al dolor que se vaya”. También en el escrito se hacen constar una serie de procesos para inducir a sueños muy profundos a las personas, que se parecen asombrosamente a los actuales.En Egipto existían multitud de Santuarios del sueño como el de Serapis, donde la gente acudía con el propósito de librarse de las enfermedades.
Las curas por medio del sueño no eran exclusivas del país del Nilo. En la antigua Grecia también obtenía notable éxito la práctica de la “Incubación”. Los enfermos que asistían a estas sesiones medicinales eran llevados al sueño mediante las fijas miradas y monótonas palabras de los sacerdotes en tanto aspiraban el humo de fuegos en los que se lanzaban hierbas narcóticas que los sumían en un profundo estado onírico. La interpretación posterior del contenido de los sueños de los pacientes contribuía finalmente a la curación de los mismos.Los antiguos griegos ya establecieron en su tiempo terapéuticas verbales basadas en la sugestión. No se limitaban por tanto a atender exclusivamente la fisiología dañada del sujeto sino que acompañaban sus curas con monótonas repeticiones de conceptos que exaltaban el valor para enfrentarse a la enfermedad y la rápida curación. Al ser transmitidos de manera monótona y constante obraban en el paciente a modo de auténtica sugestión hipnótica.En la ciudad de Corinto existían discursos diseñados especialmente que, al ser escuchados, sanaban psíquicamente a los pacientes.
Algunos investigadores, como el Dr. William Joseph Bryan, en su libro Aspectos religiosos de la hipnosis, defiende la tesis de que las espectaculares curaciones atribuidas a Jesucristo eran conseguidas mediante técnicas hipnóticas.En la India, los faquires, siguiendo entrenamientos similares a lo que hoy conocemos como autohipnosis, parecían poseer poderes curativos y un dominio de sus propias funciones corporales fuera de cualquier comprensión.Dentro de las atribuciones religiosas de las castas sacerdotales, se incluían también la medicina y muchas de las curaciones que se realizaban debían su éxito a la consecución de estados de hipnosis mediante la imposición de manos, el uso de narcóticos, la sugestión, danzas rituales ceremoniales o la audición de sonidos monótonos y rítmicos.La ciencia secreta que manejaban los sacerdotes había sido heredada de los antiguos “brujos” tribales que sanaban mediante la utilización de ritos ancestrales y preparaban brebajes curativos con sustancias naturales.Por desgracia conocemos poco mas de la historia antigua de la hipnosis debido a los reiterados incendios. De la Biblioteca de Alejandría se perdió para siempre la gran mayoría de los conocimientos que la humanidad había adquirido tras miles de años. Entre ellos todos los relativos a la ciencia psíquica de la época. Todo el saber médico de las antiguas castas sacerdotales, que a buen seguro estaba almacenado en sus estanterías, desapareció. Quedó tan sólo en la mente de unos pocos que fueron transmitiendo fragmentos de ese conocimiento de un modo verbal y secreto.
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